Capítulo 31 MÍRIAM

Dos meses después.

El corazón me latía con fuerza cuando la doctora giró la pantalla del ecógrafo hacia nosotros.

—Aquí está —dijo sonriendo—Y… es un niño —

Samuel apretó mi mano con tanta emoción que casi me dolió. Su rostro se transformó en pura felicidad.

—¿Escuchaste, amor? ¡Un niño! ¡Un var...

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