Capítulo 10

No respiré.

No podía.

Mis pulmones se negaban a funcionar, mi pecho estaba demasiado apretado, demasiado lleno de todo lo que no podía decir. El dolor entre mis piernas seguía vivo, pulsando como un segundo latido. La vergüenza clavaba sus garras en mí, pero también algo peor. Algo más profundo. Alg...

Inicia sesión y continúa leyendo