Capítulo 33

Se inclinó como si fuera a susurrarme algo sucio al oído, y por un segundo me asusté. Pensé que iba a delatarme. Decir que podía olerlo en mí. Que apestaba a Alfa y semen y algo prohibido.

Pero no lo hizo.

Solo arrastró una uña perfecta y roja por el centro de mi pecho... sin tocarme, pero lo sufi...

Inicia sesión y continúa leyendo