Capítulo 58

—Tu coño está llorando por mí— gemí, saliendo lo suficiente para que sintiera la pérdida antes de volver a embestir con fuerza, haciendo temblar el colchón—. Está goteando, temblando, rogando como una puta a la que no le importa si ya salió el sol o quién la escucha gritar.

Su gemido se quebró.

Tr...

Inicia sesión y continúa leyendo