No es un final

El corazón de Adeline palpitaba aceleradamente, al ritmo del tictac del reloj que anunciaba la hora inminente. El momento de dar un paso definitivo hacia su felicidad se acercaba a pasos agigantados.

—Es hora —anunció mirándose al espejo.

Su vestido blanco se mostraba reluciente, ocultando sus gr...