Capítulo 25 Ocultárselo a mamá Parte 3

Luego mantiene una mano sobre mis pechos y mueve la otra hacia abajo por mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris. No lo puedo creer. No creo que pueda soportar más placer. Pero comienza a frotar mi resbaladizo botón de todos modos. Con sus ásperas manos de hombre.

—Oh, Dios —digo jadeando—. Oh, Dios, o...

Inicia sesión y continúa leyendo