IRIDIA

Richard

Desperté ese sábado con los rayos del sol atravesando mi ventana, teníamos que ir a buscar a los posibles testigos que nos comentó Liz pero tenía otros documentos que revisar y desechar, pues mi despacho comenzaba a parecer bodega.

Revisé mi teléfono por la mañana; parecía haberse solu...

Inicia sesión y continúa leyendo