16. BÉSAME.

La suela de sus zapatos golpeaba las aceras frías, y las manos de Liv rozaban las paredes que actuaban como barandillas. Cada estructura en Viena parecía estar hecha de piedra o de estos ladrillos coloridos que añadían una especie de vibración a las calles.

Llenó sus pulmones con el aire fresco de ...

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