Capítulo 103: El perdón es poder

Varias semanas después

Sophie

Estaba sentada en mi habitación, en mi asiento favorito junto a la ventana, con un cuaderno de bocetos en la mano y lápices de carbón esparcidos en el alféizar. Ambos cachorros estaban acostados en el cojín a mi lado. La dulce sinfonía de un repertorio musical re...