Deseos sensuales

Antes de que pudiera comprender dónde estábamos, de repente sentí mi espalda golpeando contra la puerta, sin duda, la habitación de Axel. Con mis manos aferradas más fuertemente alrededor de su cuello, me acerqué y recorrí su cuello con mi boca hasta la comisura de sus labios.

—Sigue haciendo lo qu...