Capítulo treinta y nueve

Levanto el hacha y la bajo, partiendo la madera en tres pedazos. Están un poco secas en esta época del año. Perfectas para quemar. Dejo caer el hacha y me limpio la cara con la camiseta que he enganchado en la cintura de mis jeans.

Después de tomar un trago de agua, coloco la botella de nuevo en el...