Ocho

Una alarma sonó desde el otro extremo, haciendo que Camila gimiera de molestia. Pasando sus manos sobre la mesa de noche, agarró el reloj azul claro que había estado sonando todo ese tiempo y lo estrelló contra la pared. Una risa la hizo sentarse en la cama, y un rubor subió a su rostro cuando vio q...

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