DEJA QUE LO HAGA

—Todo estará bien, Adolph. Todo estará bien, mi amor —lo consoló y le dio unas palmaditas en la espalda. Pasaron unos minutos, y Adolph se apartó de ella y le dijo que se sentía débil y que quería una buena siesta. Lupita asintió y permitió que su esposo durmiera, ya que necesitaba descansar. Lupita...