Capítulo 44 (II)

Ambos brazos—desde los nudillos y las muñecas hasta los hombros—estaban cubiertos de tatuajes, pero su torso no parecía tener ninguno, o eso pensaba ella. Al ver un pequeño rastro de tinta negra en algún lugar debajo de su pecho izquierdo, Emerald entrecerró los ojos para ver mejor.

Había un tatuaj...

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