Capítulo 36

Recé a la Diosa de la Luna para que en cualquier momento escuchara su corazón volver a latir, que todo fuera una gran broma y ella se levantara del suelo riendo de la manera que tanto me gusta. Anhelaba escuchar su voz, hablando otra vez sobre chicos. Caí de rodillas al suelo, sin registrar el dolor...

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