107. No soy un santo.

Corre sangre fría y dolorosa por mis venas. Puedo sentirla fluir dentro de mí, pulsando — y sentirla, tomar conciencia de ella, hace que mi garganta se apriete aún más. La sangre de Christopher todavía está salpicada aquí, justo en las puntas de mis dedos de los pies, llamando mi atención como el ...