39. Reunión de los señores

Finalmente me doy la vuelta para mirarlo, sintiendo cómo la sangre se congela en mis venas.

—¿Quieres saber qué quiero? —cruzo los brazos, tratando de controlar mi respiración, que se vuelve cada vez más superficial—. ¡Quiero que seas discreto y no causes problemas a la familia!

—¿Quieres que sea di...

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