63. «No sabes nada».

Mis palabras quedan suspendidas en el aire, que se vuelve más pesado con la llegada de Christopher. Me mira con el ceño fruncido, sus ojos duros y sospechosos... aunque podría jurar que veo destellos de preocupación en ellos. Pero, como siempre, a diferencia de Oliver —quien es tan abierto con sus s...

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