94. «Tú lo eres todo».

Por un momento, Christopher se queda congelado. Sus labios se detienen contra mi piel, su aliento caliente permanece allí, manteniéndome suspendida al borde de la agonía.

—Oh, mi dulce esposa...— susurra contra mi oído, su voz cargada de adoración y tormento. —Sabía que te entregarías a mí. Siempre...

Inicia sesión y continúa leyendo