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Las sombras se extendían por el camino mientras llegaba al abedul junto al campo de everlass en el Bosque Prohibido. Con el sol manteniendo a raya a cualquier criatura demoníaca, me acerqué con el ceño fruncido. Tan pronto como me acerqué, salió el chivato.

—Un día traeré mi hacha, y entonces, ¿qué ...

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