30

—¿Perdón?— mi corazón empezó a latir con fuerza y mi sangre se precipitó hacia abajo.

—No creo que él vaya a buscarte de nuevo, pero por si acaso hace lo contrario, no te molestará si sabe que te hice mía— me acarició la barbilla y no podía creer lo que estaba pasando.

¿Había bebido demasiado y lo...