[82] No te he tocado

La cabeza de Bryer daba vueltas cuando despertó casi al mediodía. No le dolía tanto el cuerpo como le dolía la cabeza, y la cama no se sentía como su cama. Estaba más suave, era más grande y las sábanas olían delicioso. Le encantó esa cama, pero cuando abrió por completo los ojos y miró las pare...

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