53. La trampa (2)

—Desnuda tus hombros para mí, Sirena —murmuró, recorriendo con sus dedos las marcas del dragón en su piel.

Besó su cuello de manera persuasiva y juguetona, tomando sus manos y llevándolas hacia los cierres de su vestido.

—Hazlo —su voz apenas era un susurro, extrañamente convincente y seductora.

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