Capítulo 34 Emboscada

Desde los ventanales del segundo piso, Nora observaba los jardines bañados en tonos dorados. Los mellizos jugaban en la alfombra de la biblioteca, susurros y risas que llenaban de vida la casa. En esos momentos a solas, le gustaba recordar como había llegado hasta allí, como una propuesta de trabajo...

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