Capítulo 20: Un viejo conocido

La ira me invadió al ver a las dos crías correteando por la sala de estar, no hubo necesidad de omitir sonido, pues mi sola presencia hizo que ambos desaparecieran de mi vista.

-¡¡CARMEN!!, grité al ver este desorden, he perdido la paciencia y alguien acaba de perder su empleo.

-¡Señor bienvenid...

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