73. Más vale que huyas antes de que sea demasiado tarde.

Corrió a través del bosque, la fría brisa del viento congelando sus extremidades. Seguía mirando por encima del hombro, en dirección de donde había venido. La mujer sentía que alguien la había estado siguiendo desde que salió del edificio. Y tenía razón: un par de ojos amarillos seguían sus movimien...