Garganta profunda

Adea

Gabe luchaba por no sonreír, pero yo no podía evitarlo. Mis ojos se dirigieron a Leo y la sonrisa en su rostro decía que no le creía a Gabe ni por un segundo.

—O tal vez la oportunidad aún no se te ha presentado —dijo Leo—. Tal vez —continuó Leo mientras se inclinaba hacia adelante, con los ant...

Inicia sesión y continúa leyendo