Mi turno

Adea

Cuando mis labios se envuelven alrededor del cuello de Shane, él no se mueve. Cuando mis dientes rozan su piel sensible, no gruñe en advertencia ni gime pidiendo clemencia. No hace ningún ruido, pero se mueve. Sus brazos se envuelven alrededor de mi cintura y me atrae hacia él hasta que mi pec...

Inicia sesión y continúa leyendo