Epílogo

El silencio en el coche era mágico para mis oídos.

Escuchar a esa líder anciana seguir con sus sermones me volvía loco, pero sabía que tenía que mantener la cabeza baja. Necesitaba estar con esa estúpida multitud y averiguar cómo recuperar lo que Johnson tenía. Todos estábamos tan cerca antes de qu...

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