SESENTA Y DOS

Unas horas después, el jet aterrizó suavemente en la pista privada de Lucas en Nueva York. Lucas y Olivia se prepararon para desembarcar. Lucas ayudó a Olivia con su abrigo y bajaron las escaleras del jet, tomados de la mano.

Una fila de elegantes autos negros los esperaba, con los motores ronronea...

Inicia sesión y continúa leyendo