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Por un momento, solo la observo irse. No puedo creer que esto esté sucediendo. No puedo creer que se esté alejando de mí otra vez.

Y luego sacudo la cabeza.

No. Esta vez no.

Me apresuro tras ella y le agarro el brazo. Alicia se gira, confundida, y me mira fijamente.

—¿Qué?

—¿A dónde crees que vas?

—...