Capítulo 39

Garne volvió después de un rato, pero yo ya no quería hablar, y él tampoco, así que nos sentamos en silencio, con el pitido del monitor cardíaco como único sonido en la habitación.

¿Cómo podría hablar con él cuando mi mente se ahogaba en el dolor? Ojalá mi madre estuviera aquí para guiarme en lo qu...