CAPÍTULO 167: NUNCA MIRES ATRÁS.

Cuando salí de prisión y la encontré, estaba deambulando por las calles, apenas sobreviviendo, parecía un pequeño mono sucio que nadie quería y en ese entonces, realmente no tenía a nadie.

Entré en prisión por un problema en el que me metí hace años, sin siquiera saber que su madre estaba embarazada...

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