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Steven y Sasha se miraron con pánico mientras Nat llamaba desde el pasillo.

— ¡Mamá! ¿Estás ahí? — repitió la niña.

Sasha agarró a Steven del brazo y le susurró urgentemente:

— ¡Rápido, escóndete!

Steven asintió frenéticamente y se precipitó hacia el armario mientras Sasha se apresuraba a acomodar s...