50. Otro tipo de locura

La pierna de Arianna no podía moverse, aunque ella lo intentara.

Debería correr, seguir el simple consejo que él le había dado. Debería huir tan lejos como sus piernas la llevaran.

El hombre frente a ella era aterrador, marcado con la sangre de los que había matado brutalmente.

Pero...

¿A dónde ...

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