Capítulo 39 Abandonado en el bosque de la noche eterna

Me desperté de un sobresalto, con un dolor que me atravesaba.

Cuando abrí los ojos, me encontré frente a una manada de lobos hambrientos. Sus ojos verdes brillantes estaban fijos en mí, listos para destrozarme.

Quería gritar, pero tenía tanto miedo de atraer a más animales salvajes que me mordí el...

Inicia sesión y continúa leyendo