CAPÍTULO 27

ARIA

—Lian... —dije, respirando entrecortadamente, mientras me alejaba lo suficiente para mirarlo.

Mis dedos rozaron la sangre seca y la suciedad en su mandíbula, los restos de dolor y supervivencia.

—¿Qué pasó? —pregunté, con la voz quebrada—. ¿Cómo estás aquí? ¿Cómo saliste?

Sus labios se ...

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