Capítulo 115

—No es necesario.

Ella miró a los dos. —Ustedes vayan adelante, tengo algo que atender.

Con eso, se dio la vuelta y se alejó.

—¡Espera!

La voz de Arthur cortó el aire, fría como el hielo.

Ella dudó por un segundo pero siguió caminando, abrió la puerta del coche y se deslizó en el asiento del co...

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