SE SIENTE BIEN TENERTE A MI LADO

—Cariño, ¡me estás sobornando!— Gerard se giró y la tomó en sus brazos. Gotas de agua caían sobre su piel desnuda. Se veía atractivo y fascinante.

—¿Y si lo estoy? ¿Está funcionando?— Demy se sonrojó al ver su pecho desnudo, aunque lo había visto antes.

—Ya que mi querida esposa lo pidió, considérel...

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