Capítulo 37

Lia se detuvo en la discusión de su hermana cuando escuchó un golpe seco, como si algo se hubiese roto.

Giró su cabeza de inmediato a la zona de la terraza, y su cuerpo entró en una evidente tensión cuando detalló a Said en una postura extraña.

—Esto es… incomprensible Lia… no puedes enamorarte de...