De sangre renacemos

Los ojos de Alexia se habían acostumbrado a la oscuridad. En algún momento de los días que habían pasado, Rex había traído una tina de agua que le permitió quitarse la mayor parte de la mugre de su pelaje. El olor había comenzado a molestarle, y ellos también lo habían notado.

Era casi vomitivo con...

Inicia sesión y continúa leyendo