Capítulo 23: El espacio de Lilliana

No la había visto aún y solo había escuchado los comentarios de los demás, pero estaban muy bien merecidos. Lilliana era hermosa y nuestra marca de nacimiento brillaba en dorado como nada que hubiera visto antes.

—Lilliana, eres hermosa —le dije, aún mirándola como si fuera algo en un museo. Era di...

Inicia sesión y continúa leyendo