Tienes que aprender a vivir sin mí

Mi madre abrió los ojos de inmediato.

—Aurora, ¿qué pasa? —la confusión estaba escrita en su rostro—. ¿Cuándo entraste y por qué estás llorando?

No pude decir nada al principio, solo podía abrazarla con todas mis fuerzas.

—Pensé que te había perdido —dije finalmente.

—Oh, Aurora, lo siento mucho...

Inicia sesión y continúa leyendo