Amado

Entro en la habitación de Jordan, él estaba sentado en su cama, jugando en su teléfono. Saco una silla de su escritorio y me siento. No me mira.

—Te sacaré de ahí. —digo.

—No tienes que hacerlo, puedo enfrentarme a ese pedazo de mierda. —dice.

—Jordan. —digo con firmeza.

—¿Qué? ¿Son esas tus pal...

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