Capítulo 18) Los celos del monstruo

Davis estaba impactado y sostuvo las manos de Porishma con fuerza mientras decía:

—¡Detente, CIELO! No te atrevas a empujarme nunca más, ¿entendido?

Su voz le provocó escalofríos. Sus ojos estaban rojos y Porishma cerró los suyos debido al efecto que él tenía sobre ella.

En el hospital:

—Doctor,...

Inicia sesión y continúa leyendo