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El teléfono de Nico volvió a vibrar y, momentos después, pasos pesados resonaron en el corredor.

Primero apareció su chofer, sin aliento, seguido rápidamente por dos de sus guardaespaldas.

—Señor —el chofer hizo una leve reverencia, la culpa escrita en su rostro—. La señora Bellamy ha estado inqui...

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