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Se incorporó lentamente, y fue entonces cuando notó la bandeja al lado de la cama.

Comida humeante. Una sola rosa en un frasco de vidrio. Y una nota.

Sus dedos temblaron ligeramente mientras alcanzaba la tarjeta doblada con su nombre escrito en tinta dorada.

—Para mi bella durmiente,

Sé que anoch...

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