81

—¡Tenemos que irnos! —anuncié, avergonzada, tirando de Edith.

—Deja de hacer tonterías, Malu. Ven aquí. Pablo me abrazó, riéndose de mi torpe manera de abrazarlo. Había olvidado cuánto quería a Pablo. Me separé de él y no pude evitar sonreír. Aún tenía los mismos rizos, solo que ahora su cabello er...