CAPÍTULO 32 UN MOMENTO DE DESCANSO

Satisfecho, termine de desayunar y me levante del comedor, lleve los platos al lavavajillas, y me acerque a Merida con cariño.

—Gracias, Merida. Estuvo delicioso.

—Hoy  no me has pedido que probara la comida —comentó Merida, resaltando mis manías. Alondra frunció el ceño, intrigada.

—¿A qué te re...

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