Estás sangrando

Ocurrió en un instante. Una ráfaga de viento la envolvió, enredando su cabello y tirando de su ropa, pero Dora permaneció inmóvil. Sus ojos estaban fijos en el coche que se dirigía hacia ella a toda velocidad, con los faros deslumbrantes, el motor rugiendo como una bestia. Estaba lo suficientemente ...

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